DANCE OF THE INFIDELS por Giovanni Yáñez

Hola de nuevo amigos destileros, en el post de hoy me gustaría hablaros de varios temas con la excusa del excelente film “Round Midnight” (Alrededor de la Medianoche) que en 1986 dirigía Bertrand Tavernier.

A los más devotos aficionados al jazz lo primero que os llamará la atención es el título, que os remitirá indudablemente a la inmortal balada de Thelonious Monk. Lo cierto es que desconozco qué motivos impulsaron a Tavernier a bautizar su película con este nombre, más allá del simple hecho de que si la hubiera titulado “Dance of the Infidels” (La Danza de los Infieles), quizá no estaríamos hablando de ella hoy aquí (aquello del “catchy name”), ni hubiera tenido tanta repercusión…quizá. Digo esto porque el texto sobre el que se basa la cinta se titula así: “Dance of the Infidels: A portrait of Bud Powell” y narra una de la historias más hermosas que nos ha dejado el siglo XX.

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Bud Powell pertenece al imaginario de leyenda de los mejores pianistas de jazz de todos los tiempos, y siempre fue uno de mis ídolos musicales más queridos y escuchados. En su vida se conjugan múltiples clichés de los que voy a tratar de huir en lo posible para acercaros a su música de la manera que esta se merece. Su abuelo fue uno de los primeros grandes guitarristas de flamenco de los Estados Unidos, arte que aprendió en Cuba, y su familia de uno u otro modo siempre estuvo relacionada con la música, lo que llevó al pequeño Powell a aprender piano desde muy joven, conociendo en profundidad toda la tradición europea, siendo Bach uno de sus preferidos, y cuyo estilo absorbería y destilaría en composiciones como “Tempus Fugue-it”. Con la juventud entraría a formar parte de la orquesta de Cootie Williams, el Trompetista con mayúsculas de Duke Ellington, y cuya formación fue cuna, entre otros, de músicos como Charlie Parker. Es por esta altura, en los años 40, cuando se traslada a Nueva York donde Thelonious Monk, que sería uno de sus grandes amigos, lo acoge como su protegido y lo presenta a la comunidad jazzística. Es allí donde sufre el incidente que le marcará el resto de su vida: Una noche en un club, mientras decide hacer una pausa entre los pases del concierto que está realizando. Bud, sale del local para fumarse un porro y descansar un poco cuando es increpado por un policía que sin mediar palabra le parte la porra en la cabeza, (algo similar le sucedería a Miles Davis años después con otro policía) provocándole desde entonces continuas crisis y hospitalizaciones que desembocarían en tratamientos psiquiátricos y sesiones de electroshock que si bien debían influir notablemente en su estado de salud y comportamiento errático, no se reflejaban nunca en la calidad de sus improvisaciones tanto en vivo como en el estudio.Bud+Powell+Bud

Así nos encontramos a Bud Powell como compañero habitual de Charlie Parker, Dizzy Gillespie, Fats Navarro, Thelonious Monk o el menos conocido Elmo Hope, junto con los que conformaría el trío de ases del piano bebop.

El argumento del libro, y también de la película se centra en la época posterior al Bop en que muchos de estos grandes maestros visitaban Europa e incluso trasladaban su residencia al viejo continente, donde las condiciones de trabajo, vida y sobre todo la aceptación popular y el cariño de los aficionados crearon una escena que consiguió mantener el espíritu de décadas pasadas en las calles de capitales como Amsterdam o París, y que más adelante daría lugar a una generación de músicos europeos de jazz de primer nivel que habían podido vivir en primera persona las enseñanzas de todos estos gigantes.images

El exilio de Bud Powell dirigió sus pasos a la capital francesa, donde participó en numerosas sesiones y conciertos con figuras emergentes como el contrabajista francés Pierre Michelot así como maestros de la talla de Dexter Gordon, que entrara en escena en las próximas líneas.

En París sus problemas de salud continuaron agravándose y fue rescatado de las calles y de su esposa, que lo mantenía sedado constantemente, por un joven aficionado francés, diseñador de profesión y profundamente enamorado de la música de Bud Powell, llamado Francis Paudras, pianista amateur, que acogió a Bud en su casa invitándole a vivir con él, su mujer y su hija pequeña. Paudras cuidó de él en sus últimos años, conviertiéndose en su particular ángel de la guarda, consiguiéndole conciertos, asistiéndole médicamente en sus crisis, junto con la ayuda del saxofonista Johnny Griffin, también exiliado en París, hasta su regreso a Nueva York donde moriría a la edad de 41 años. Es por tanto la figura de Paudras la que co-protagoniza el film, y la mano que escribe el libro titulado como la composición de Bud Powell, Dance of the Infidels.Round Midnight - Soundtrack - Front

Tavernier adaptó la historia con algunas licencias, desde el título a pequeños y grandes detalles de consideración, pues en la película, el personaje que representaría a Bud Powell no toca el piano, sino el saxofón tenor, con algún que otro guiño a Lester Young, sombrero Pork Pie Hat incluído; y lo que a priori podría suponer un hándicap, se convierte en maravilla cuando el actor contratado para encarnar al saxofonista no es otro que el mismísimo maestro Dexter Gordon, que consigue una nominación al Oscar por su interpretación de Dale Turner. En su biografía hay una frase que dice que grabó Round Midnight “practically with no liver”, (casi sin hígado) de hecho fallecería unos años después del estreno y su sola presencia hace especial cada plano y cada toma de la cinta, su voz ronca junto con unos diálogos muy bien escritos, y por su puesto la música de la película, encargada a Herbie Hancock, que también aparece en escena tocando en directo ¡al mismo tiempo que se filmaba! Junto a figuras como Wayne Shorter, Freddie Hubbard o Tony Williams. Si la música de la película es especial, también lo es la exquisitez con que Tavernier reproduce los decorados del Blue Note de París hasta el mínimo detalle.

Por lo tanto, ahí os dejo una pequeña lista de sugerencias con cosas para disfrutar e inspirarse en estos días tan raros que vivimos: una tremenda película, un libro más que interesante, el altruismo de Francis Paudras y la genialidad de la música de Bud Powell, que no olvidemos fue la chispa que generó todo esto.

Y para los que seáis músicos, aquí tenéis el link de una página holandesa de jazz que publicó hace un par de años una transcripción mía de Bud Powell tocando Conception de George Shearing.

http://www.jazzenzo.nl/?p=scores

Hasta pronto.

por Giovanni Yáñez